02 Ago Esguince de rodilla y sus posibles consecuencias biomecánicas
Hacemos referencia al esguince de rodilla cuando se produce un exceso de tensión por estiramiento a nivel ligamentoso, produciendo la rotura parcial o total del mismo. Dependiendo del número de fibras afectadas hablaremos de menor o mayor grado de afectación.
La articulación de la rodilla está formada a grandes rasgos por los ligamentos lateral interno y externo, ligamentos cruzado anterior y posterior, menisco interno y externo, rótula y las inserciones musculares correspondiente a la musculatura cuadricipital y isquiotibial. Todo ello está implicado y participa activamente en la unión fémur con tibia y peroné.
Los mecanismos de lesión suelen ser por traumatismos, accidentes, torsión articular, malas líneas de carga que favorecen la distensión, y los diferentes movimientos de la rodilla llevados más allá del límite articular.
¿Qué ocurre exactamente cuando se produce una distensión de ligamentos en la rodilla?
A nivel ligamentoso sabemos que se produce una rotura total o parcial de fibras. Siendo los ligamentos más afectados el ligamento lateral interno y el ligamento cruzado anterior. Pero a nivel biomecánico se pueden dar varias combinaciones:
Podemos encontrar rodillas con una torsión antero-externa del fémur sobre la tibia y peroné, torsión antero-interna del fémur sobre la tibia y peroné. Desplazamiento postero-interno de la tibia respecto al fémur, también encontramos el desplazamiento postero-externo de la tibia respecto al fémur. Aunque también puede sufrir lesiones de deslizamiento anterior.
Aquí mostramos solamente unos pocos ejemplos de las diferentes combinaciones que podemos encontrar dependiendo del traumatismo, torsión, esguince, …
En la mayoría de ocasiones en la articulación de la rodilla siempre hay un componente que se desplaza sobre otro en el momento de la lesión, haciendo una parte de punto fijo y otra de móvil (por ejemplo: cuando tenemos la pierna en apoyo y recibimos un impacto en la cara externa del fémur, desplazándose este respecto a la tibia). De esta manera se genera stress en los tejidos, y habitualmente algunos de los bloqueos descritos anteriormente, aunque todas las combinaciones pueden ser posibles.
¿Y si nuestra rodilla no recupera su biomecánica correcta?
Es aquí cuando pasado el tiempo normal de recuperación y con un ligamento sanado, podemos sentir que nuestra rodilla no funciona como antes. Dependiendo del movimiento podemos sentir dolor punzante, bloqueo articular, mucha tensión y carga en la zona anterior o posterior de la rodilla incluso limitación de la movilidad (incapacidad de ponerse en cuclillas o sensación de que no podemos estirar la pierna del todo).
El tratamiento en el esguince de rodilla lo podríamos dividir en dos apartados, aunque van estrechamente ligados:
Por un lado tratar el tejido dañado, en este caso el ligamento afectado. Utilizaremos las técnicas de la fisioterapia moderna para reducir la inflamación, reducir dolor y acelerar su cicatrización.
En la primera fase del tratamiento procederemos a la valoración biomecánica de la rodilla, para detectar posibles restricciones y si la articulación ha quedado bloqueada, provocando stress y tensión en el ligamento. Lo cual puede aumentar el dolor y retrasar su cicatrización. Mediante técnicas de deslizamiento tibiofemorales reconduciremos las tensiones membranosas en los diferente planos de movimiento (plano posterior, anterior y lateral) a un equilibrio. A parte del trabajo estructural también debemos poner orden en el tejido blando. No olvidemos que esta restauración de movilidad es muy importante, ya que en ocasiones encontramos rodillas pinzadas!
El posicionamiento articular es vital en la función y propiocepción de una articulación, la información y la sensación de que todo está en su sitio es muy importante para el paciente.
Francisco M. Cara García nº col. 886 (C.F.A)
Fisioterapeuta y Osteópata.